El líder tiene la facultad de influir en otros sujetos. Su conducta o sus palabras logran incentivar a los miembros de un grupo para que trabajen en conjunto por un objetivo común. De acuerdo a su forma de ejercer la conducción del equipo, el líder puede ser considerado autoritario (toma las decisiones sin dar explicaciones al respecto), democrático (permite que todos opinen y decide por consenso) o laissez faire (es el líder liberal, aquél con una conducta pasiva que delega el poder en los demás. Te daremos unas características que un líder debe poseer:
Compromiso
Ningún líder puede ser bueno si no posee y demuestra una capacidad de compromiso para con la agrupación que lo sigue. A fin de cuentas, si el líder de una empresa cualquiera no parece interesado en ella sino en otros asuntos, ¿por qué habría de seguir dirigiendo las cosas? Una cuota importante de compromiso es esencial para ejercer el liderazgo de la mejor manera: el grupo debe poder confiar en el interés de su líder.
Iniciativa
La toma de decisiones es uno de los ámbitos en que un grupo más acude a su líder. La conducción de un colectivo, desde una junta de condominio hasta una empresa internacional, dependerá siempre de la capacidad de tomar decisiones oportunas de sus líderes y de la manera específica en que estos enfrenten el reto adelante.
La capacidad de aprender es fundamental en el abordaje de los problemas. Una persona que no desea (o no puede) seguir aprendiendo será incapaz de adaptarse a los cambios de contextos y a las nuevas exigencias de la vida, por lo que resultará conservadora y rígida en el mando. Un buen líder, en cambio, poseerá la flexibilidad y la humildad necesarias en su personalidad como para crecer constantemente de cara a los retos que presente la organización a la que pertenece.
Claridad de visión
No se trata de que un líder deba poder predecir el futuro, pero sí se espera de él que intuya, anticipe o cuando menos se prepare para las futuras eventualidades, tomando así las precauciones necesarias que le conduzcan al éxito. El cortoplacismo e inmediatismo, o también la demora, pueden ser igualmente perjudiciales en su camino hacia el éxito.
Respeto
Los buenos líderes inspiran respeto en su grupo, lo cual proviene no del miedo, la intimidación o la dominación, sino justamente el trato frontal y respetuoso, considerado, para con su entorno. Un líder déspota o uno pusilánime fallarán en granjearse el respeto de sus seguidores y es probable que duren poco a cargo de ellos.
Comunicación eficiente
La comunicación es la base de las relaciones humanas. Y mucho más cuando se trata de coordinar esfuerzos humanos en diversas áreas para obtener un fin común. Así, los líderes más eficientes serán aquellos que mejor transmitan lo que están pensando o la visión que tienen de las cosas a sus seguidores. Hacerse entender de la mejor manera es, en ese sentido, una virtud indispensable para el liderazgo.
Valorar la creatividad
Muchas veces la solución a los problemas reside en áreas insospechadas o en formas de pensar novedosas, inesperadas, atrevidas. Un buen líder ha de ser capaz de considerar estas alternativas cuando sea necesario.
Del mismo modo, un líder debe inspirar a su colectividad a respetar y cultivar el pensamiento creativo, pues allí reside el mayor potencial humano: en su capacidad de inventar.
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