“Branding es la gestión inteligente, estratégica y creativa de todos aquellos elementos diferenciadores de la identidad de una marca (tangibles o intangibles) y que contribuyen a la construcción de una promesa y de una experiencia de marca distintiva, relevante, completa y sostenible en el tiempo”. Por ello, cuando hacemos referencia al digital branding, abarcamos una parte muy importante de la marca, en concreto toda aquella que se transmite por medios digitales como pueden ser redes sociales, blogs, medios de comunicación online, web y en general, Internet.
¿Cómo planificar una estrategia de branding?
Toda estrategia de branding deberá resaltar los valores de la marca, generar credibilidad y confianza, permitir diferenciarse de la competencia y fortalecer la identidad de los productos y servicios.
A partir de ahí, y sabiendo todo lo que abarca el mundo de la marca corporativa, tendremos que plantear nuestra estrategia particular, y para ello, seguiremos estos pasos:
Definición del objetivo principal: Para ello nos preguntaremos cual es la misión, visión y valores que definen a la marca, cual es el público objetivo y qué vas a ofrecerles (productos y servicios). A partir de ahí, será mucho más fácil reflexionar sobre las características que deberá tener la marca para conectar con su público.
Creación de identidad: Diseña el logotipo, define los colores y tipografías corporativas, pero también piensa el naming (nombre de la marca), el lema y personalidad que le vas a dar. Todo ha de estar interconectado, y por ello, resulta una mala práctica pensar que esta es labor únicamente de los diseñadores; las personas que se encarguen del branding tienen que, además de tener conocimientos de diseño, tenerlos sobre conceptualización y estrategia. La marca tiene que afianzarse en el mercado con una personalidad propia y ofrecer una experiencia única y valor añadido al consumidor para poder diferenciarse de su competencia.
Manual de Marca Corporativa: En él explicaremos la estrategia, la identidad y sus normas de aplicación generales, así como aplicaciones concretas que queramos mantener claramente delimitadas durante un largo plazo, como por ejemplo, las tarjetas de visita o las firmas de email.
Aplicación de identidad: Por último, será necesario analizar las necesidades comunicativas de la marca para establecer qué otros materiales serán necesarios elaborar. En este sentido, no será lo mismo si vamos a hacer un re-branding, es decir, un cambio significativo de una marca a otra, o el lanzamiento de una nueva marca. Según las circunstancias y necesidades, se pensará también en la elaboración de una campaña de branding a nivel de marketing y comunicación con anuncios en distintos medios, un slogan claro, vídeos, creatividades gráficas, etc.
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